Mesa

-¿Quién eres?
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- No tengo idea, dime.
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- Sabes podemos seguir con esta charada durante mucho tiempo y ninguno cederá, yo seguiré insistiendo y tu seguirás con tu “Piensa”.
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- Tantas veces me has dicho que me conoces y que te conozco que no preguntare por que dices “Típico de ti”, ya aprendí a aceptar ese hecho.
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- Tienes razón, comienza, a fin de cuentas siempre eres quien se aparece de la nada. Ya comienza o de otra forma nos quedáramos en un interminable circulo vicioso de “si tienes razón” “típico de ti” “vamos al grano pero antes”.
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- Si es una de las que detesto, es como decirle a la otra persona “eres especial, me encantaría que hubiera más como tu”, pero detrás de esa frase hay un lado oscuro, el lado que nadie se detiene a pensar, si hay más como esa persona significaría que aquella persona de la cual quieres que haya más perdería eso especial que la hace única, ¿no? ¿Te imaginas si se cumpliera?
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- Claro, la razón de querer a alguien es por que es especial para ti, diferente de los demás y que el tiempo que pasas lejos incremente la felicidad que tienes al encontrarla de nuevo.
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- Pero no lo niego, alguna vez pensé en decirle eso a alguien, a aquel siempre estuvo ahí conmigo pero no me percate de ello por ese mismo hecho, a ella que parece que sin importar como sea me quiere igual, y varias personas más, pero claro, me puse a pensar en como seria todo si hubieran más como esas personas y me dije: “Parece un cumplido, el otro lo tomara como tal, pero siento que no lo es, siento que es ser egoísta, es para mi propia felicidad, pero la otra persona se sentiría mal por que todo lo que la hacia especial, lo que la hacia diferente, lo que me hizo acercarme a esa persona en un inicio desaparecería”
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- Si, al explicar eso casi que desacredita lo que hemos dicho hasta ahora, también hay mucho detrás de eso tal como dijiste.
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- Yo también, pero es interesante cuando discordamos en algunas cosas, es tan entretenido por que tenemos puntos muy diferentes y ninguno cede en el suyo.
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- ¡Que no recuerdo quien demonios eres! ¿¡Cuantas veces tengo que decírtelo!?
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- ¿Qué ha pasado? Siempre desaparece igual que como llega, sin previo aviso y nunca me percato de hasta que me llama, aunque debe dejar de aparecerse en sitios con poca iluminación y concurridos, aunque pareciera que cuando aparece todo lo demás queda en segundo plano, aunque son tantas veces ya y aun no se he visto su rostro ni se que es, tan masculino y femenino a la vez, todo un ser amorfo, casi pareciera inexistente.
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Dicho esto te levantas de la mesa de esquina que tanto adoras por la privacidad que da, las plantas cercanas a ella y que siempre hay flores frescas. Y el simplemente no esta.

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